La Procuraduría dijo que el servicio de Wifi era alimentado por una línea de fibra óptica extendida por los reclusos por sus propios medios
Utilizaban teléfonos celulares para comunicarse y operar crímenes desde la cárcel
Estar recluidos entre las paredes de la prisión no impedía a presos de La Victoria aprovecharse de las libertades de las tecnologías de la comunicación para planificar y mantener redes criminales desde la cárcel.
En la intervención militar de la que fue objeto ese hacinado penal, las autoridades lograron desmantelar una amplia estructura tecnológica que incluía un centro de retransmisión de señal de internet para que todos los presos con acceso a un teléfono celular pudieran tener conectividad wifi, según informó la Procuraduría General de la República en un comunicado.
El centro era tan potente que incluso permitía conectarse a internet a los residentes en los alrededores de la cárcel La Victoria. El centro era alimentado por una línea de fibra óptica extendida desde un punto ubicado en Sabana Perdida, precisó la Procuraduría.
Los internos tenían también su propio sistema de monitoreo en la prisión formado por 89 cámaras de vigilancias instaladas en diferentes puntos del penal. Las cámaras fueron desmanteladas, y se confiscó un servidor, un repetidor de wifi, 96 routers, y 29 switches de cámaras, según el informe rendido por Roberto Hernández Basilio, titular de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (Dgspc).
Hernández Basilio ofreció los detalles a la Procuradora General de la República, Mirian Germán Brito, durante un encuentro en el que también participó Patricia Lagombra, directora de Centros de Corrección y Rehabilitación.
Drogas y lujos
Los internos tenían drogas en el recinto, utilizaban equipos modernos para su comunicación con cualquier persona dentro y fuera de la prisión por medio de internet, pero además tenían videojuegos para entretenerse, y todos los electrodomésticos que pueden verse en una casa.
En su informe las autoridades precisaron la incautación de 508 teléfonos móviles, 107 cargadores, 96 auriculares, una laptop, dos tabletas, nueve reproductores de DVD, 35 playstation, 10 controles de distintos aparatos, ocho inversores y 173 bocinas.
La operación de las unidades militares, de distintos cuerpos armados del Ministerio de Defensa, así como de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), permitió ocupar 312 armas blancas tanto de origen industrial como de fabricación artesanal.
Las autoridades ocuparon 496,003 cigarrillos de una marca conocida (los cuales, además, son introducidos al país de contrabando por la frontera terrestre), dos uniformes de policía, una chamarra militar, 17 relojes, un teléfono fijo, 40 abejones para recortar, una calculadora y 720 abanicos que serán reinstalados atendiendo a una necesidad climática, dice el comunicado de la Procuraduría.
También informaron que ocuparon 514 porciones de marihuana con un peso aproximado de 2,875.2 gramos y 6 porciones de un polvo blanco, presumiblemente cocaína, con un peso aproximado de 234 gramos.
Las autoridades se incautaron de 71 neveras de distintos tamaños, la mayor parte tipo ejecutiva, 11 microondas, 35 licuadoras, 24 tostadoras, siete estufas eléctricas, tres hornos de mesa y cuatro balanzas. Los electrodomésticos serán entregados a los familiares de los privados de libertad debido a que su uso en el recinto implica privilegios.
La Victoria aloja a 7,582 privados de libertad, lo que representa un tercio de la población penitenciaria total del país, que asciende a 27,146 personas.
Policías bajo investigación
Roberto Hernández Basilio reveló que fue sustituido el coronel comandante de la cárcel de La Victoria, el pasado fin de semana, y que la Inspectoría de la Policía Nacional lleva a cabo una investigación del personal policial de esa penitenciaría.
Hernández Basilio reconoció que, como ocurre con los sistemas penitenciarios en Latinoamérica y el mundo, La Victoria está permeada por la corrupción y la permisibilidad de las autoridades civiles, policiales y militares, aunque se están tomando las medidas para que esa cárcel deje de ser una “vergüenza” para el país.
“Los sistemas penitenciarios del mundo, sobre todos de Latinoamérica, están muy permeados por la corrupción, el hacinamiento y la permisibilidad de las autoridades tanto civiles, policiales, y militares. De ahí que el caso de La Victoria, como país es una verdadera vergüenza y se está trabajando en los controles para encaminarlo a un centro reformado”, precisó el funcionario.