El Starship de SpaceX, el cohete más potente jamás construido, debe permanecer en tierra mientras la compañía de Elon Musk completa decenas de correcciones para evitar que se repita la explosión que arruinó su primer vuelo de prueba orbital, dijeron funcionarios estadounidenses el viernes.
Las 63 correcciones incluyen “rediseños del hardware del vehículo para evitar fugas e incendios, rediseño de la plataforma de lanzamiento para aumentar su robustez”, pruebas adicionales de los sistemas de seguridad y más, dijo la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) en un comunicado después de completar una revisión de meses.
SpaceX hizo estallar el cohete sin tripulación cuatro minutos después de despegar de la Starbase de la empresa en Boca Chica, Texas, el 20 de abril. La nave experimentó múltiples fallos en los motores y su propulsor de primera etapa no se separó de la nave espacial que llevaba encima.
El cohete se desintegró en una bola de fuego que se estrelló en el Golfo de México, mientras una nube de polvo flotaba sobre un pequeño pueblo a varios kilómetros de distancia.
Musk felicitó inmediatamente a su equipo de SpaceX por un lanzamiento de prueba “emocionante” y declaró que había sido un éxito porque la empresa obtendría información valiosa sobre lo que había salido mal.
La FAA inició rápidamente una investigación, en tanto grupos conservacionistas anunciaron que demandarían al regulador por no hacer lo suficiente para proteger el medio ambiente.
Aunque la pesquisa concluyó, “el cierre de la investigación sobre el percance no supone la reanudación inmediata de los lanzamientos de la Starship en Boca Chica”, dijo la agencia.
Una nueva Starship se encuentra actualmente lista en la plataforma de lanzamiento, informó SpaceX en la plataforma X, antes Twitter.
En un comunicado, la compañía reiteró su posición de que la primera prueba “fue un paso crítico en el avance de las capacidades del sistema de lanzamiento más potente jamás desarrollado” y “proporcionó numerosas lecciones aprendidas”.
El Starship, de 120 metros de altura, produce una fuerza de empuje de 74,3 Meganewtons, más del doble que los cohetes Saturno V utilizados para enviar a los astronautas del Apolo a la Luna.
SpaceX la prevé como una nave espacial de nueva generación totalmente reutilizable que, con el tiempo, llevará tripulación y carga a Marte. La NASA ha contratado una versión de la Starship para que funcione como módulo de aterrizaje en su programa Artemis, destinada a devolver astronautas a la Luna a mediados de esta década.
Fuente RC Noticias