El mánager de los Mets, Carlos Mendoza, planea hablar con el jardinero Juan Soto sobre su progreso, luego de que Soto se vio limitado a un sencillo el lunes en una pelota que golpeó alto en el Monstruo Verde del Fenway Park durante una derrota por 3-1 ante los Medias Rojas.
Al abrir la sexta entrada, Soto conectó una pelota a casi dos tercios del Monster. Creyendo que era un jonrón, Soto admiró la pelota mientras retrocedía hacia terreno de foul, antes de trotar lentamente hacia primera base. Para cuando se hizo evidente que un viento fuerte la devolvería al juego, ya era demasiado tarde para que Soto intentara llegar a segunda.
“Le di muy fuerte”, dijo Soto. “Es un Monstruo Verde muy corto. Intenté llegar a segunda, pero no fue suficiente”.
Posteriormente Soto robó la segunda base para ponerse en posición de anotar, pero la remontada fracasó cuando Brandon Nimmo conectó un doble play.
“Hablaremos con él al respecto”, dijo Mendoza. “Esta noche, obviamente, si alguien consigue uno y sabe cuándo lo consigue, es Juan. Creía que lo tenía. Con el viento y todo eso, en este estadio —en cualquier lugar, en cualquier lugar, pero sobre todo en este con esa pared ahí mismo— hay que salir de la caja. Sí, lo hablaremos”.
Cuando le preguntaron más tarde si necesitaba ser más cuidadoso para avanzar rápidamente, Soto respondió: «Creo que me he estado esforzando mucho. Si lo hubieran visto hoy, se notarían».
La jugada marcó la segunda vez en pocos días que el empuje de Soto se puso en duda. En su último turno al bate de la derrota del domingo por 8-2 ante los Yankees, Soto salió corriendo lentamente del cajón tras un rodado por el centro, lo que le dio a DJ LeMahieu tiempo de sobra para deslizarse, golpear la pelota con el guante y derribar a Soto, de rodillas, por varios pasos.
Soto terminó de 4-0 esa noche y de 4-1 el lunes. En total, en la primera temporada de un contrato de 15 años y $765 millones, Soto tiene un promedio de bateo de .246/.376/.439 con ocho jonrones y seis bases robadas. Sus cifras de embasamiento, slugging y OPS son las más bajas de su carrera