Tras la denuncia pública realizada por la Alcaldía de Samaná sobre la supuesta obtención irregular de títulos de propiedad por parte de Carlos Báez, conocido como “el terrateniente de la 2077”, nuestro medio se dio a la tarea de contactarlo para conocer su respuesta ante esta grave acusación.
Carlos Báez, junto a su hijo Yomar Báez Gerónimo, presentó la sentencia definitiva que les adjudica los terrenos en cuestión, confirmando así que la causa de Bienes Nacionales para recuperar la propiedad fue desestimada. No obstante, en un gesto inesperado, los Báez anunciaron su decisión de donar al pueblo de Samaná los terrenos que el alcalde Nelson Núñez reclamaba.
Sentencia del Tribunal Superior de Tierras del Departamento Noreste
El fallo emitido por el Tribunal Superior de Tierras del Departamento Noreste establece lo siguiente:
- Se rechaza la reclamación planteada por el Estado Dominicano, a través de la Dirección General de Bienes Nacionales, debido a la falta de pruebas que justifiquen la supuesta titularidad estatal sobre los terrenos en disputa.
- Se comprueba la existencia de solapamientos y superposiciones en la designación catastral de las parcelas en cuestión, lo que impide la acreditación y depuración de los derechos invocados sobre las mismas.
- Se ordena la anulación de los trabajos catastrales previos y la eliminación de las designaciones conflictivas en el sistema cartográfico nacional.
- Se adjudica la parcela número 2077-006.9500 del Distrito Catastral número 7 del municipio y provincia de Samaná, con una extensión superficial de 3,228.45 metros cuadrados, a favor de los beneficiarios mencionados en la sentencia.
Asimismo, en el documento se detallan las proporciones de propiedad asignadas dentro de la parcela adjudicada, incluyendo a la señora Isabel Altagracia Báez Green y a Francisco Bartolomé Báez Acosta, quienes acreditaron una posesión pública, pacífica y no interrumpida, cumpliendo así con los requisitos legales de prescripción adquisitiva.
Con esta decisión, el Tribunal Superior de Tierras pone fin a la controversia legal sobre estos terrenos, reafirmando el derecho de los beneficiarios sobre la propiedad. Sin embargo, en un acto que busca calmar las tensiones generadas en la comunidad, la familia Báez ha optado por ceder voluntariamente los terrenos al pueblo de Samaná.