El Vaticano ha hecho público este jueves el testamento del Papa Francisco, fallecido recientemente a los 88 años, en el que el Pontífice revela su deseo de ser enterrado de forma humilde, con una inscripción única y una conexión espiritual profunda con la Virgen María.
Según el documento, el Papa argentino expresó su voluntad de que su sepultura se realice “en la tierra, sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Francisco”, marcando así un gesto de humildad coherente con su estilo de vida y pontificado, caracterizado por la austeridad, el desapego a los lujos y su cercanía con los más necesitados.
Francisco solicitó que sus restos descansen en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, en Roma, específicamente “en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza”, un lugar con fuerte carga espiritual para él.
“Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, Santa María”, escribe el Pontífice en su testamento. “Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde iba a orar al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, a confiar con confianza mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su dócil y materno cuidado”, añadió.
Desde el inicio de su papado en marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio mostró una devoción especial por la Virgen. Cada viaje pastoral lo iniciaba y concluía con una visita privada a la imagen de la Salus Populi Romani, venerada en esa misma basílica, lo que convirtió ese templo mariano en un punto de referencia espiritual para su pontificado.
Además, el Papa especificó en su testamento que los gastos de su entierro no recaerán en el Vaticano, sino que serán cubiertos por una suma dispuesta por un benefactor cuyo nombre no ha sido revelado. Para ello, ha dejado instrucciones claras al monseñor Rolandas Makrickas, Comisionado Extraordinario del Capítulo Liberiano, quien será el encargado de coordinar los detalles del traslado y sepultura.